lunes, 9 de mayo de 2011

-¡Armaaaaas!

¿Tome la decisión correcta al haberlo negado?

Navegando en el espacio. Encontré un barco que ofreció me llevaría a otro destino, desconocido.
Aun sin haber naufragado, tenia la opción de subir a el, y aceptar una nueva aventura.
Tal vez más interesante, emocionante y genial que la otra.

Baje el ancla en el arrecife, y envié un mensaje al capitán del otro barco:

Lo veré en tierra firme a las 1500 horas de mañana.
Y evaluare la situación para así decirle mi decisión final.
Atte: Capitán del "Le France".

Mi consejero, el señor CC, menciono, preocupado, que era demasiado arriesgado y estúpido cambiar de rumbo siendo que estábamos demasiado cerca de nuestro destino.
-No cambiaría mi rumbo, abandonaría el barco señor CC.
Horrorizado exclamó: -¡Pero en que esta pensando! ¿Esta usted loco? ¿¡Piensa abandonar a toda su tripulación!?
-Aún no lo se, debo analizar la situación. Y no le mencioné al resto de la reunión, no quiero un motín.
-Si, señor. Dijo con tristeza y salió de la cabina principal.

Me quede solo, en medio de la oscuridad, sentado en mi sillón donde acostumbro beber ron con visitantes amigos.
Puse mi copa en la mesita de te y me dispuse a analizarlo:

Por una parte tenia la opción de comenzar una nueva aventura. Con la emoción clásica que sientes cuando comienzas un nuevo viaje; con un rumbo tan diferente como tentador; con la magnifica y embriagante sensación de incertidumbre por no saber que sucederá ni en el camino, ni en el destino final; con un capitán con el que me repartiría el trabajo, los triunfos y las perdidas.

Y Por otra; abandonaría a mi actual tripulación, la cual me ah apoyado desde el comienzo, a la que no le importó el clima, ni las tormentas, ni la marea alta para cumplir con su trabajo; no terminaría con mi viaje y no sabría que se sintió llegar a la meta después de tanto esfuerzo.

Difícil desicion, pues el trabajo con mi actual tripulación se estaba convirtiendo en algo tedioso y desanimado, debido a que estábamos demasiado acostumbrados a trabajar juntos, y ya sentíamos que nos hacia falta cambiar un poco de aires. Bueno, al menos a mi ya me hace falta. 
Lo curioso es, que antes de que me surgiera esto, no había pensado en cambiar el rumbo, estaba demasiado seguro de mi viaje.

-Rechazo tu propuesta Antoine. Suena tentadora la oferta, y me encantaría aceptar. Pero proponla cuando no esté navegando en un barco y con un destino establecido. Cuando esté en casa, buscando una nueva aventura. Porque solo así ambos haríamos lo correcto, partiendo juntos desde el principio.
-Bien -Dijo Antoine decepcionado- el tiempo lo dirá.



Flor de liz

Flor de liz